martes, 23 de octubre de 2007

Texto de Octavio Paz. Extraído de Ala Una Sale la Luna, Paulina Movsichoff


















"Todos los juegos fueron ritos. Los dioses jugaban y creaban el mundo. Si el trabajo pertenece a la esfera de lo profano, originado tal vez por aquella frase ganarás el pan con el sudor de tu frente, el juego, la risa, nos acercan a lo sagrado, a esa etapa de la humanidad en que el hombre no estaba dividido sino inserto en una totalidad donde el juego y la risa confraternizaban con el mundo confiriéndole un tinte a la vez divino y profundamente humano.

El hombre se realiza en y por el trabajo, pero al jugar, el niño rescata su unidad perdida con el Cosmos y se asemeja a los dioses a través de sus rondas, rimas, y canciones. Podemos entrever todo aquel universo ritual perdido y que, sin embargo fundamenta el ser del hombre.

Con el entramos al reino de lo gratuito, del porque sí, a ese territorio en donde la única forma de captar la hermosura del mundo que ante nuestros ojos se despliega, es cantándola, narrándola, reviviéndola mediante la palabra y el movimiento..."

Octavio Paz
Extraído de Ala Una Sale la Luna, Paulina Movsichoff

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